En el pasado, el olivo se cultivaba en tierras de secano.
Los agricultores solían prever la producción de aceite para dos años, ya que no siempre había suficientes lluvias cada año. Con el tiempo, comenzaron a regar los olivos para aumentar la producción, convirtiéndolos en árboles de regadío. Estos árboles solían recibir agua, pero este año ha sido muy escasa.
Por eso, la sequía es un problema importante en la cosecha de aceite de este año. Esto ya viene ocurriendo desde hace un par de años. La oferta de aceite disminuye, mientras que la demanda se mantiene o incluso aumenta, lo que provoca un aumento de los precios.
Además, a diferencia de otros países, en España el precio del aceite suele ser más bajo.
Los agricultores de toda Cataluña también han denunciado la gestión de la sequía por parte del gobierno. Han organizado protestas con tractores que incluso han llegado a la capital del país, reclamando la falta de medidas para aprovechar el agua y aliviar la situación.
Las cooperativas de la región esperan poder salvar parte de la cosecha y satisfacer las demandas de sus socios y clientes. Aunque la cantidad de la cosecha sea menor, la calidad del aceite continuará siendo alta, manteniendo la tradición en el Camp de Tarragona.